Diabla
Y la diabla miro al diablo a los ojos,
haciendo con ello temblar sus labios.
Sonrió sabiendo que provocaba en el esa atracción instintiva,
sabía que su corazón por ella latía,
y delicadamente cerró los ojos
acariciando son sus pestañas su antojo.
Ella simplemente sonrió...
Mostrando deliberadamente
sus labios rosáceos carnosos....
Y el diablo...
El diablo cayó en sus redes,
inocentemente se enamoró,
y solo por ella siguió soñando,
escribiendo,
y amando....
Condenado,
en el infierno de su amor.
Alejandro Urtubia ©
(El diablo de la poesía)
Todos los derechos reservados
y copyright a nombre de Alejandro Urtubia,
Texas, USA 2013
(14 Octubre 2013)
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